Hablar
de feminismo es enfrentarnos a una situación nada trasparente, fácil y cómoda,
todo lo contrario, hay que salvar una ánima aversión demasiado amplia en nuestra
sociedad.
Porque
feminismo significa y se entiende a nivel demasiado general, como una actitud
de lucha contra el hombre, de privilegios hacia las mujeres, de actitudes de
dominio de las mujeres y a veces de temor, que suenan a sentimiento de
suplantación.
También
es difícil porque el conocimiento de la historia de la lucha de las mujeres por
su no discriminación humana y social, es conocida parcialmente y con tintes
históricos bastante anecdóticos y sesgados.
¡Quizás por su propia idiosincrasia y realidad
histórica y porque la historia la han escrito los hombres.!
Mitos,
estereotipos y descalificaciones, han rodeado siempre a esta corriente de
pensamiento
También
existe otro sector que se apuntan al carro de
su comprensión y defensa porque es un concepto moderno, actual y en el
peor de los casos en ciertos círculos es marchamo de modernismo y actualidad.
El
entendimiento de la lucha de las mujeres por conseguir sus derechos sociales y
políticos, la igualdad de oportunidades, los derechos humanos….. en definitiva,
la lucha por la igualdad entre las personas, hombres y mujeres, es
privilegio de un grupo minoritario.
Hoy
por tanto, al acceder al conocimiento de las actividades de los movimientos feministas actuales, tenemos la oportunidad de acercarnos al conocimiento y la comprensión
de la realidad de esa lucha por cambiar la sociedad. Y, seguramente se nos ampliará el horizonte
del convencimiento de que la lucha feminista y el término feminismo no nos
queda tan lejano o extraño sino que es algo vital, necesario y de justicia y
valor humano.
Porque
el Feminismo es una corriente de pensamiento en permanente evolución por la
defensa de la igualdad de derechos y oportunidades entre ambos sexos.
Porque
constituye una forma diferente de entender el mundo, las relaciones de poder,
las estructuras sociales y las relaciones entre los sexos.
Y
porque esta nueva manera de observar la realidad, desde la perspectiva de las
mujeres, es el motor que está produciendo más cambios en el presente siglo, en
el sistema y en los valores sociales, consiguiendo que las instituciones
modifiquen sus políticas sociales y económicas.